Hoy somos cientos de millones de personas que nos encontramos en cuarentena obligatoria, en diversos países del mundo. Ante todo, debemos cuidar nuestra salud, la de nuestras familias y la de nuestros colaboradores y conciudadanos. Pero, simultáneamente, quienes lideramos empresas, debemos cuidar la sobrevivencia de nuestras empresas y los empleos de nuestros colaboradores. Esta vez entramos de lleno en el tan anunciado estado mundial “VICA”, acrónimo de volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad.
No sabemos cuántos meses tardará la transición. No sabemos cuánto durará la recuperación de las economías de los diversos mercados mundiales. No sabemos cuánto tiempo nos tomará reestablecer, a plenitud, nuestra capacidad comercial, productiva y logística.
Y una pregunta que todos estamos enfrentando, es qué forma irán tomando los comportamientos sociales y de usos y costumbres de los ciudadanos y consumidores que atendemos. ¿Cómo se reconformarán las diversas economías mundiales y las estructuras de las diversas industrias globales relevantes para nuestra realidad productiva local?
Todo está cambiando a una velocidad nunca antes vista. Cambiará la educación, la salud, el retail, el turismo y muchas otras industrias. Lo más probable es que nada volverá a ser como era. Todos estamos viviendo una acelerada adopción de hábitos de “vida digital”. ¿Qué porcentaje de ventas On-Line tiene hoy una cadena de farmacias?. ¿Qué porcentaje de sus ventas serán On-Line el 3º de septiembre?. ¿Era realmente necesario viajar a Lima para sostener aquellas reuniones de trabajo? Nada volverá a ser como era.
Quienes lideramos empresas debemos velar por la sobrevivencia de la compañía y los puestos de trabajo que hemos generado. Pero debemos reducir costos. No podemos caminar impávidos hacia la quiebra. Esto será imprescindible en el ejercicio de nuestras responsabilidades. Será una condición necesaria, pero no suficiente.
No podemos esperar a que el futuro nos dicte las nuevas reglas del juego. Quienes lideramos, tenemos que asumir la responsabilidad de crear el futuro. Una vez acordado el plan de contención de costos, nos toca ahora guiar – con decisión y celeridad – la transformación digital de nuestras compañías e incluso nuestras industrias. Si no lo hacemos nosotros, lo hará nuestra competencia o lo harán nuevos competidores que aparecerán de la nada. En este preciso momento miles de innovadores y emprendedores están ya esculpiendo el futuro. Nuestra transformación digital será sin retorno y debemos liderarla ahora. Cuando termine la transición será demasiado tarde.