EL DESAFÍO
En un mercado donde sus productos se volvían cada vez más comoditizados y con la entrada de nuevos competidores, sumado a la urgencia del impacto ambiental del hormigón, Melón necesitaba centrarse en la innovación. Iniciativas previas como «Factor Melón» (2018) y el programa de innovación abierta «Futuro en Construcción» habían sido exitosas, pero no fueron suficientes para superar la inercia del día a día y generar un cambio profundo y sistemático en la organización. La empresa comprendió que para desplegar su potencial, era esencial forjar una cultura sólida y sostenible, respondiendo a la pregunta «¿por qué innovar?»